Menu Principal
En la erosión lateral, el retroceso de los estratos calizos (a) (de mayor consistencia), produce un incremento de la superficie expuesta a las inclemencias atmosféricas en los arcillosos situados bajo ellos, facilitando su arrastre por escorrentía ladera abajo debido a su pronunciada pendiente (b). Este proceso continúa hasta que la superficie arcillosa alcanza un ángulo de pendiente mínima (c), respecto al estrato calizo siguiente que va descubriéndose a la intemperie y por tanto sometido al mismo ciclo que el anterior.
Puede suceder que se den una serie de circunstancias coyunturales, capaces de demorar e incluso detener de forma natural, el efecto erosivo de las laderas: que la textura y estructura del estrato "protector", permita su erosión de modo que adopte una forma adecuada para la retención de los sedimentos que le llegan de ladera arriba, junto con el freno a su desplazamiento por los depositados más abajo y sobre todo ello, es fundamental la protección al impacto de la lluvia debida a una cubierta vegetal, así como la fijación del suelo por sus sistemas radicales.
El siguiente ejemplo, muestra cómo puede llegar a minimizarse, de forma natural, la erosión de una ladera según la descripción antes señalada.
Estabilidad erosiva en una "cuesta" por la forma del perfil en el extremo del estrato calizo, anclaje de los sedimentos y cubierta vegetal protectora. Ladera del Río Ungría (Atanzón).
Es importante destacar en todos estos procesos, la orientación o exposición de las diversas zonas de ladera respecto al sol, a lo largo del año.
La "estabilidad erosiva" en las laderas de valles y barrancos se hace más evidente en las zonas de umbría por un mejor mantenimiento de la humedad, lo cual favorece el desarrollo de formas vegetales duraderas que proporcionan una mayor cobertura al suelo.
En las solanas, se evidencian los marcados procesos erosivos debidos a una mayor evaporación de la escasa agua residual del suelo, lo que conlleva la presencia de especies estacionales y lo que es más importante, la aparición de procesos de meteorización física de los estratos rocosos, debido a las intensas oscilaciones térmicas en dichas zonas.
Hay que hacer notar que, en muchos casos, la citada estabilidad frente a la erosión en las laderas, puede verse interrumpida con cualquier hecho que rompa ese estado de equilibrio con la gravedad; cualquier pequeña brecha en el suelo producida, por ejemplo por un pequeño deslizamiento o incluso por una senda creada al paso frecuente de animales (incluido el hombre), es suficiente para que el agua de arroyada de una intensa precipitación, encauce su energía erosiva arrastrando los materiales del suelo ladera abajo.
En nuestros recorridos por la región, es frecuente encontrarnos con los procesos erosivos mencionados como parte del paisaje; sin embargo, los más representativos son aquellos que afectan a los escarpes rocosos aflorantes tanto en los páramos como en las cuestas.
En ellos, se da fundamentalmente el tipo erosivo denominado meteorización mecánica o física y ya vimos que consiste en la disgregación de las rocas en fragmentos de cualquier tamaño mediante la intervención de factores físicos como la temperatura y el agua, los más usuales en este caso.
Sin detenernos en la tipificación y denominación de los distintos modos en los que se efectúa la fragmentación, indicaremos solamente que su consecuencia es la aparición de finas grietas en la superficie e interior de las rocas que debilitan su coherencia y además, facilitan la penetración del agua a su interior por lo que si se hiela, actúa como multitud de pequeñas cuñas que resquebrajan los grandes escarpes calizos.
Lo mismo que no es frecuente encontrarnos en esos paisajes desprendimientos y deslizamientos masivos en las laderas, debido a la forma de su perfil "en cuestas", sí lo hacen en forma de grandes bloques de piedra bajo cada estrato originario. Las siguientes ilustraciones tratan de explicar una manera más, el retroceso de los estratos calizos.
Los sedimentos depositados en las cuestas, proporcionan una relativa protección a los frentes de los estratos de las laderas (a), aún así, los agentes meteorizantes como el agua y la temperatura, desplazan los sedimentos y estratos arcillo-
A partir de ese instante, la gravedad terrestre afecta a la estabilidad y equilibrio de los fragmentos de roca; desde pequeños trozos hasta grandes bloques de varias toneladas, se desploman sobre las laderas (e, f, g, h), iniciándose de nuevo el ciclo erosivo (i) sobre los sucesivos horizontes de materiales que quedan a la intemperie.
Modelo de meteorización física en los estratos.
Este sencillo modelo de fragmentación, no sólo se aplica a los estratos superiores sino que cualquier serie inferior desprotegida, se ve afectada por el mismo ciclo.
Detalle de un ejemplo real, donde podemos apreciar un resalte calizo bastante fragmentado en grandes bloques, de los cuales se observa claramente uno de ellos a punto de desprenderse (a) y otro ya desplomado, sobre la ladera del valle (b).
El Castillo (Lupiana). -
En estos casos, el modelado del relieve por la naturaleza, proporciona paisajes "ruinosos" que nos recuerdan a murallas, fortalezas, castillos, etc.; incluso algunos de esos lugares recibieron tal denominación por parte de los antiguos habitantes de su comarca.
Seguidamente, se exponen unos ejemplos gráficos de paisajes de la región con ese tipo de formaciones. El nombre de cada una se refiere al conocido en la zona o del paraje donde se ubican.
El Castillo (Lupiana).
Las Peñas Rubias (Lupiana).
La Parra (Centenera).
El Olmillo (Valdegrudas).
En las dos primeras escenas observamos los imponentes estratos rocosos aislados y sometidos a la intensa acción de los agentes erosivos. En la tercera, vemos que cómo están parcialmente protegidos por series superiores en franco retroceso; la última muestra los restos fragmentados de un estrato calizo, cuyo cuerpo ha quedado oculto por los sedimentos.
Todos estos ejemplos tienen una misma característica: se encuentran orientados hacia el Sur (máxima exposición de solana -
<-
Junto al Molino de Atanzón. -
----------=----------
Hemos visto una interpretación paisajística sencilla, sobre los factores y agentes que han modelado el relieve en esta comarca desde un punto de vista geológico, amparándonos en modelos gráficos simulados. Como colofón al presente apartado, construiremos a escala real, un perfil geológico transversal en el presente caso, del tramo medio-bajo del Río Ungría y sobre el lugar conocido como Las Peñas Rubias, en el término de Lupiana (ver la segunda fotografía de más arriba).
Línea del perfil, sobre el mapa geológico del lugar.
Lo mismo, sobre orto-
Perfil geológico transversal sobre el Río Ungría. En el mismo se han reseñado las dimensiones reales de longitud y altitud del corte, así como las series sedimentarias más representativas.
Como se puede observar, el retroceso del páramo es muy evidente. La serie superior de estratos horizontales, han sido sometidos a un intenso proceso erosivo que ha propiciado la aparición de "relieves en cuesta" con una menor pendiente que la existente en las laderas a partir de las calizas -
Panorámica del Río Ungría en su tramo medio-