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En nuestro planeta, la enorme diversidad biológica que en la actualidad contemplamos, no ha surgido espontáneamente sino que ha tenido un origen, un desarrollo evolutivo con mayor o menor éxito y no pocas extinciones que han afectado la continuidad de las especies a lo largo de millones de años; así lo refleja la extensa literatura que periódicamente surge, a raíz de la investigación acerca de temas relacionados con el origen y evolución de la Tierra y de la vida en ella. En estos casos, dos son los principales soportes de la investigación científica hacia la consecución de respuestas, la conocida como Memoria de la Tierra (esencialmente rocas y fósiles -
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Ejemplo de procesos que intervienen en la definición de los eventos naturales, mediante muestras fósiles.
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Resultado y conclusiones: Fósil de trilobites Thysanopeltis sp. del Devónico (370 ma). Este ejemplar vivia en los fondos de mares o lagos existentes en el actual desierto del Sahara de Marruecos, poco antes de la desaparicoón de esta familia, durante la gran extinción del Devónico por una edad de hielo.
Según se deduce de este ejemplo, la investigación de los hechos acaecidos en tiempos remotos es el resultado de exhaustivos estudios de todo tipo, por parte de personas expertas en diferentes materias.
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En la ilustración de series con acontecimientos históricos sobre estos temas, se suele recurrir a diagramas con datación gráfica que engloben la génesis en los principales eventos (sucesos) y en sus primeras citas, asignados a lo largo de la línea del tiempo (cronología evolutiva); de acuerdo con el método científico (*), las conclusiones de nuevas investigaciones al respecto, aportan frecuentes cambios y modificaciones en el contenido de las secuencias, por ello trataremos de actualizar los diagramas con esas novedades. A ser posible, se suele incluir algunas recreaciones artísticas que ayuden a nuestra imaginación a simular los sucesos acaecidos en el pasado.
Este gráfico, trata de resumir el origen de la Tierra y de la vida en ella. Observamos que los principales eventos se han producido a lo largo de una casi inconcebible escala de tiempo (miles de millones de años) -
Por otra parte, se ha incluido un gráfico lineal de la presencia de oxígeno molecular en la atmósfera que evidencia la coincidencia de una mayor concentración del mismo, con el incremento de la diversidad biológica en la Tierra.
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(*) A lo largo de la historia, el ser humano lenta pero de forma cada vez más precisa, ha ideado métodos y tecnologías capaces de dar soporte a hipótesis y teorías consensuadas por una gran mayoría de estudiosos de cualquier rama del saber y conocimiento humanos; este es el caso del llamado método científico que con sus hipótesis/teorías, proporciona la gran ventaja y libertad de poder modificarse las conclusiones aceptadas en un momento histórico, cuando existan pruebas que así lo indiquen en cualquier otro; como norma, es el asumido y aplicado en estas páginas.
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La Tierra, 4 500 000 000 años de evolución.
Para un mayor detalle sobre sobre la cronología evolutiva de la Tierra y su diversidad biológica, iremos desarrollando en página aparte, una tabla secuencial de los eventos iniciales más importantes. Con ello se pretende justificar por una parte, el interés que hemos mencionado hacia la valoración de la biodiversidad del planeta y por otra, las descripciones en posteriores títulos de situaciones y comportamientos de las especies en la región estudiada que necesitan de argumentos comprensibles, en base a procesos evolutivos de supervivencia debidos a la selección y adaptación al medio natural.
Como suele ser norma en esta web, no nos extenderemos en el desarrollo de temas teóricos sobre conceptos y teorías actuales relacionados con la evolución, adaptación, etc. de las especies y la correspondiente semántica. Para los lectores interesados, recomendamos el siguiente enlace: Sociedad Española de Biología Evolutiva (SESBE).
Imaginemos por un momento que apretamos un botón de la máquina del tiempo y nos trasladamos al período denominado Ordovícico, unos 500 000 000 de años antes de la época actual; puede ser que al materializarnos lo hagamos en un lugar que nos resulta familiar aunque, al cabo de un rato de visualizar nuestro entorno, comenzamos a apreciar varias cosas que nos llaman la atención.
Nos encontramos en un ambiente extrañamente húmedo, con un cielo parcialmente nuboso y una temperatura más bien elevada, como en las actuales zonas ecuatoriales pero, a diferencia de ellas, no observamos absolutamente ningún rastro de plantas o animales sobre la estéril superficie del suelo hasta donde alcanza la vista en el horizonte; solo montañas, rocas y tierra sedimentada en las zonas llanas. Un paisaje desolador en el que alguno de los componentes de la excursión, quizás podría tener problemas respiratorios por la escasez de oxígeno.
Continuamos nuestro recorrido, hasta encontrarnos con un rio que desemboca en una vasta laguna de aguas cristalinas, en cuya orilla baten pequeñas olas sobre una playa de barro oscuro y nos acercamos con curiosidad hasta el borde del agua. Ahora nos explicamos el porqué del color de esas playas; una ingente cantidad de algas, junto con restos de lo que parecen ser extraños animales acuáticos en proceso de descomposición se mezclan con el barro hasta una considerable distancia en el fondo de la laguna.
A punto de abandonar nuestra visita al pasado, algo nos llama la atención tras unas grandes rocas que afloran en la oscura playa. Sobre el cieno de abundante materia orgánica, surgen unos pequeños grupos de lo que, en principio, nos parecen unas plantitas de musgo con tamaños de apenas unos centímetros. Unos largos y delicados pedúnculos en cuyos extremos se observan pequeñas protuberancias esféricas de color claro y traslúcidas; los pedúnculos se asientan sobre lo que parecen minúsculos matojos de pequeñas algas con abigarrados tonos de color verde y/o azul.
De esta manera, acabamos de ser testigos del primer gran salto al sistema terrestre, por organismos complejos de vida acuática.
Esta podría ser la crónica de la primera "invasión" de la tierra firme, por parte de las protoplantas que podíamos denominar como "anfibias" pero no la única; unas decenas de millones de años más tarde, el mismo salto se repetirá con los primeros artrópodos (origen de arácnidos, insectos, etc.) y, finalmente, los vertebrados harán otro tanto y completarían el dominio de los nuevos ecosistemas terrestres. Para entonces, la propagación de las plantas vasculares (portadoras de "conductos" para transportar nutrientes y agua) provistas de tejidos radicales, de sostén, protección e intercambio gaseoso, se habían desmarcado definitivamente de la dependencia acuática, a la vez que se implicaban en un incremento de la materia orgánica en el suelo y del oxígeno atmosférico.
En la anterior imagen hemos creado una representación artística de varias etapas, en la que se pretende reflejar el tránsito de organismos complejos de vida acuática a los primitivos ecosistemas terrestres.
En primer plano, una pequeña y delicada protoplanta simbiótica de alga-
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